Hace una semana Joao organizó las
primeras colonias de Marandallah con unos 60 niñ@s del pueblo. Era la
primera vez que se llevaba a cabo una actividad de este tipo, así que me
pidió que le echara una mano. Como ya sabéis que a mí este tipo de
iniciativas me encantan, pues yo me dividí entre el centro de salud y
los niños y me lo pasé... ¡mejor que los chavales! Como muestra, aquí os
envío algunas fotos.
Joao ha creado un espacio en Marandallah que ha
llamado "Jardín de la amistad", donde hay una explanada en roca, con una
imagen de la virgen incrustada en el "árbol sagrado" y con unos
columpios fabricados de manera tradicional y aprovechando los árboles
del entorno.
Hicimos cuatro grupos de niños, cada uno con su animador y tres responsables que estábamos al quite.
Los niños venían por la mañana y pasábamos todo el día juntos hasta las 17h00 más o menos.
La participación de cada uno de ellos fue de un kilo
y medio de arroz. Hubo tres mamás que nos ayudaron par preparar la
comida y todo fue... improvisado.
Cada día nos
juntábamos después de haber enviado a los niños a casa para evaluar el
día y programar el día siguiente. Pido perdón públicamente a Gusantina
por tal aberración y bofetada a toda planificación pero... todo fue muy
bien. Incluso a nivel económico, todo incluido nos costó menos de 300
euros. ¡Y eso que un día vinieron otros 50 niños de una parroquia vecina
para pasar el día!
Cada día lo pasábamos jugando e intentando crear
relaciones de amistad. Fue bonito ver que había niños de las tres etnias
presentes en Marandallah y de los cuatro credos: musulmanes, cristianos
baptistas y católicos y de la religión tradicional.
Vimos dos videos: Kiriku y la hechicera y Los
coristas. Luego, hicimos un forum. Era la primera vez que hacían este
tipo de actividad y no fue mal para ser la primera vez.
El
último día fuimos por la noche al "Jardín de la amistad", bajo la luz
de la luna llena. Fue precioso. Cenamos con los padres que vinieron y
mostramos las fotos de los cinco días. A los niños les encantó.
Ahora les tenemos en casa a todas horas. Así que a ver si se pasa el "subidón".
Durante
el año, queremos crear un espacio en el Centro Pastoral, enfrente de
nuestra casa, donde los niños puedan venir para jugar, leer y sentirse
acompañados. Ellos son la puerta para entrar en las familias. Esta
actividad es transversal ya que nos permite entrar en diálogo con las
personas musulmanas del entorno y con las que siguen la religión
tradicional, que es uno de los grandes desafíos que tenemos en
Marandallah.
Espero que el año que viene Gusantina nos eche una
mano "de experiencia" con las "segundas colonias de Marandallah" (Yo me
harté del "epo e tata yééé", y del "tengo un tic, tic, tic", así como
del "baila el chipi"). ¡Ay, Arantzita, cuánto te he echado de menos!