miércoles, 27 de febrero de 2008

Vuelta a la vida cotidiana y ajetreada

Hola senderistas.

Lo cierto es que estas dos últimas semanas han sido bastante ajetreadas en Dianra s/p. Hemos tenido un problema en la misión y todavía estamos intentando resolverlo. La historia es un poco larga y no me apetece desvelar las inmundicias de nadie, así que lo resumiré diciendo que un amigo que se llama Kongnon, ha tenido un problema con las autoridades autóctonas de Dianra s/p y éstas han reaccionado de una forma desmesurada echándolo de Dianra s/p. Todo esto nos ha sorprendido en la misión porque aunque estábamos al corriente del problema, no nos esperábamos una reacción tan desproporcionada ya que el problema en sí no es algo como para echar a alguien de una ciudad.

Para poder explicar todo esto hay que tener en cuenta que aunque estamos en país senufó y Kongnon también es senufó, el cantón (“municipio”) donde vivimos es “propiedad” de los Gbató (un subgrupo senufó) y Kongnon no es Gbató sino Kafibé, que es el cantón lindante con el de aquí. Para que os hagáis una idea, podríamos estar hablando de Teruel y Zaragoza. El caso es que los Gbató son considerados “autóctonos” y todos los que no son Gbató (otros subgrupos senufó, otras etnias marfileñas, burkineses, italianos, argentinos o españoles) somos considerados como “extranjeros”. Bueno, pues resulta que si un “extranjero” tiene un mal comportamiento en Dianra s/p, tiene que andarse con mucho cuidado porque corre el riesgo de ser expulsado, mientras que entre ellos son más tolerantes.

El caso es que el miércoles pasado tuvimos una reunión en la misión para intentar ponernos de acuerdo entre nosotros sobre cómo teníamos que hacer frente a la situación y llegamos a un acuerdo (bueno, eso creía yo). Pero para nuestra sorpresa, dos días después, alguien viene por la mañana a la misión y dice que Kongnon tiene que ir a una reunión con el jefe autóctono de Dianra s/p a las nueve de la mañana. Kongnon volvió de la reunión a las doce y nos dijo que el jefe de Dianra s/p le había echado de su ciudad y que tenía que salir antes de las siete de la tarde.

Como podéis imaginar, nos quedamos de piedra. A las tres de la tarde había otra reunión con el jefe para convocar a otras personas y que dieran más informaciones. Sobre las cuatro, Pietro me dijo que fuera donde el jefe de Dianra s/p para, al menos, pedir explicaciones. Pues allí fui yo con un traductor para no perder detalle de todo lo que se iba a decir. Allí me soltó un rollo el hijo del jefe del cantón que parecía que era el que llevaba la voz cantante y yo intentando hacer mi composición de lugar. Parecía como si llevaran más de cuatro años esperando para tomar una decisión de este calibre y si no lo habían hecho antes había sido por respeto a nosotros y porque valoran lo que estamos haciendo en Dianra s/p.

Yo creí que lo más correcto no era ponerme a discutir sino el agradecer las explicaciones y me fui p’a casita.

Como podéis suponer Kongnon se fue y al día siguiente, convocamos de nuevo a los responsables de la misión para ver cómo podíamos actuar. Finalmente, uno de ellos tomó la iniciativa de ir a hablar con el “subprefecto” que es algo así como el presidente de la comunidad autónoma para que interviniera en el asunto. Éste citó a Kongnon y dijo que haría lo posible por arreglarlo. El lunes hubo una reunión entre el “subprefecto” (que, por cierto, acaba de llegar a Dianra y no ha sido ni tan siquiera “instalado” oficialmente) y las autoridades tradicionales a la que Kongnon tenía que asistir para pedir perdón. Pero resulta que como estaba cagado de miedo pues no acudió. Por la tarde, Pietro y yo fuimos a ver al subprefecto y nos dijo que todo estaba arreglado y se extrañó que Kongnon no estuviese de vuelta. Nosotros también nos quedamos bastante sorprendidos de lo fácil que se había resuelto todo.

El martes por la mañana, en la reunión comunitaria que tenemos normalmente en la misión tratamos el tema y decidimos ir por la tarde a ver al jefe del pueblo junto con otro responsable de la misión y un traductor. Decidimos comprar un poco de té y azúcar para no ir con las manos vacías. Y allí nos presentamos los cuatro a las seis de la tarde. Con muy buena educación intentamos presentar nuestras excusas al jefe que estaba rodeado de dos ancianos. Pero cuando llegó el momento crítico de preguntar si Kongnon podía reincorporarse al trabajo. Ahí uno de los ancianos saltó diciendo que no, que había hecho muy mal y que no podía venir. Pero el jefe de Dianra s/p le cortó diciendo que el asunto estaba en manos del “subprefecto”. El tercero comentó que había que ir un poco más lentos y que había que esperar todavía.

De esta reunión, sacamos las siguientes consecuencias:

· El “subprefecto” cree que todo está arreglado y, sin embargo, no es así.

· El jefe de Dianra s/p dice que el asunto está en manos del “subprefecto” sin embargo el asunto está en manos de los otros ancianos de Dianra s/p.

· Los ancianos de Dianra s/p no quieren ni ver a Kongnon y todo depende de lo que digan.

Así que nosotros llamamos a Kongnon que se ha refugiado en su aldea natal (a unos 60 km de aquí) y le hemos dicho que venga para que, al menos, pueda hablar con el “subprefecto” y pueda defenderse. Eso es lo que hizo el miércoles. Él mismo nos dijo que su “tutor” en Dianra s/p (toda persona que vive fuera de su tierra natal adopta un tutor que se convierte en su “aval” y su “testigo” ante todo lo que pueda pasar en el sitio donde se vive. Esto se da en toda Costa de Marfil, no sólo entre los senufó) había ido a hablar con el jefe de Dianra s/p y él no sabía todavía el resultado de esta conversación.

Ya veis, y durante todo este follón tuvimos la visita de Carlos, el ecónomo de los misioneros de la Consolata en Costa de Marfil para ver cómo iba nuestra contabilidad y el 16 de febrero celebramos la fiesta del Beato Allamano y yo escogí esta fecha para terminar la publicación del misal en senufó. Un trabajo de unas 150 páginas en las que he invertido buena parte de mi tiempo por estos andurriales.

El otro día pasé por casa del imam de la principal mezquita de Dianra s/p y aproveché para saludarle. Se puso contentísimo porque todavía no le había visto desde mi vuelta. Así que dos días después él hizo lo mismo, pasó por la misión y como siempre hablamos de la importancia de la paz, de mantener nuestras comunidades unidas y en buena relación y también aprovechamos para hablar un poco de la situación del país. Con él todo es muy divertido porque él habla en diulá y yo en senufó pero más o menos llegamos a entendernos, je, je, je.

Hoy Emmanuel, un catequista de Dianra Village, ha venido con su mujer y su bebé a Dianra s/p para agradecernos “todo lo que habíamos hecho” cuando su hijo, Moïse, falleció en Dianra Village hace unas tres semanas. Me llama muchísimo la atención la capacidad de recuperación que tienen las personas para sobreponerse a dramas familiares tan fuertes. Incluso la mujer reía agradeciendo que nosotros habíamos estado presentes y que nos habíamos quedado toda la noche. Los pobres son sorprendentes y tienen una capacidad de resistencia que me hace siempre pensar que un mundo otro es posible y factible si nos lo proponemos y arrimamos el hombro.

Ha pasado una semana desde que os escribí el último renglón. Tengo buenas noticias, el culebrón de Kongnon (¡qué mal suena en español!) se ha arreglado. Las autoridades autóctonas han “perdonado” a Kongnon y el Subprefecto vino a la misión para decirnos que podía volver a Dianra s/p sin problemas. Gracias a Dios, todo esto se ha arreglado pero nos ha dado una visión más profunda de la realidad autóctona que hay por aquí. Lo cierto es que han consentido que vuelva Kongnon porque están convencidos de que vamos a montar un hospital en Dianra s/p. Yo no sé quién les ha metido esa idea en la cabeza porque ya hay un centro de salud del estado y una clínica privada. En fin, paz y bien.

Os mando algunas fotos de mi última salida en “brousse” el sábado pasado. Es un campamento bastante aislado que está 20 kilómetros al interior de la carretera. Llegué por la noche porque había tenido una reunión en Dianra s/p hasta las 17h30 y a las 19h00 ya anochece. Prepararon una mesa con una flor en medio para acogerme. Son increíbles, intentan dar todo lo que tienen para que me sienta lo más a gusto posible.

Por la noche, distintas personas solicitaron hablar conmigo: enfermos, problemas matrimoniales, esterilidad y problemas de dinero. Yo hice lo que pude pero reconozco que muchas veces me siento sobrepasado ante todas estas situaciones humanas. Luego, cantaron y danzaron toda la noche siguiendo el ritmo del balafón (xilofón senufó) pero yo me fui a la cama a medianoche.

Os mando una foto de un “río” completamente seco. Estamos en plena estación seca y se nota. También os mando una foto de Rebeca embarazada, creo que la conocéis porque os mandé una pequeña anécdota de ella con sus dos hijos Michel y Marie.

También hay una foto de un hombre en su “boutique” en el campamento donde fui el sábado pasado (a unos 55 km de Dianra s/p). Como veis, intenta salir adelante vendiendo un poco de jabón, caramelos, té, azúcar, Nescafé, cigarrillos, cubitos maggi…

También os mando una foto de Irène, con su muñequito en la espalda, aprendiendo a “ejercer de mamá”. Aquí la iniciación a la maternidad empieza muy pronto. También os mando una foto de un objeto para ahuyentar las moscas que utilizan los cazadores cuando van a la caza.

Ah, me parece interesante la instalación eléctrica que improvisaron en la aldea donde fui. Utilizan una linterna con bombillas led que como consumen muy poco, pues dura mucho tiempo. ¡la imaginación al poder!

También os mando una foto de Bernadette hablando con su móvil que su padre le había traído de Abidjan, sin embargo ella me confesó que su hermana le había mandado algunos vestidos y eso le había hecho muchísima más ilusión porque no tendrá dinero para utilizar el móvil.

Y, finalmente, una foto de una mujer tumbada en una hamaca mientras visitábamos una familia donde un hombre se había herido con un fusil en la mano. Esto es el día a día de la misión, donde lo cotidiano se impone a lo extraordinario.

El miércoles me iré a Abidjan para ir a buscar a Ariel que está sacándose el carnet de conducir. Si Dios quiere, el viernes volveremos a Dianra s/p. Se avecinan unas semanas moviditas: estamos preparando la Asamblea Anual de Mujeres de la parroquia en la que se hablará sobre todo de temas referentes a la salud de las mujeres, los problemas de la regla, los embarazos y el parto y los roles del varón y de la mujer dentro de un hogar así como la educación de l@s hij@s. Yo estoy muy ilusionado con este encuentro y vamos a traer a unas hermanas de Abidjan y una comadrona de Sirassó que es senufó. A ver si todo va bien. Será del 6 al 9 de marzo en Dianra Village, a 23 km de Dianra s/p.

Un abrazo a tod@s y que el Buen Dios os dé Sabiduría para votar con un corazón alargado.

Unid@s en la Mesa de la palabra, el Diálogo y el Vino.

¡Viva Bardem!

Koroná.

lunes, 25 de febrero de 2008

Historia de Odette y Joseph, los senufó y Dianrá (III)

Hola senderistas, sigo con la historia de Odette y Joseph.

La guerra: la muerte de Joseph.

Pero llegó la guerra a Costa de Marfil. El 19 de septiembre de 2002 una parte del ejército dio un golpe de estado que no culminó pero que dividió al país en dos y así continúa hasta hoy. El 21 de septiembre los rebeldes llegaron a Dianra e instalaron un campamento porque era una ciudad en la que había una fábrica de algodón en la que se le hacía un primer tratamiento y se enviaba a la capital económica del país, Abiján. Esta fábrica era una fuente de ingresos constante para los rebeldes porque imponían tasas a los camiones para que pudieran circular y tenían combustible gratis.

Esta situación cambió totalmente la forma de vida en Dianra. La circulación de personas y mercancías se hacía imposible, lo cual redujo la pequeña actividad comercial que existía y todo el mundo se empobreció. No había dinero y todo se hacía a crédito. Joseph sufrió mucho esta situación porque él no podía dejar de trabajar pero todo lo que vendía lo vendía a crédito y no tenía nada de dinero. Su mujer, Odette, trabajaba muchísimo en el campo para, al menos, tener arroz para comer. Pero se necesitaba algo de dinero para poder cocinar la salsa y añadirle algo al arroz.

En ese momento, Madeleine, la segunda hija, se plantó y dijo que no quería ir más al colegio. Joseph lo intentó todo (todo incluye también sacudirle) para convencerla. Pero Madeleine era incluso más fuerte que su padre y su madre juntos. Dijo que no y después de un año de peleas, la echaron del colegio y se fue al campo para ayudar a su madre en el campo o cuidar de los más pequeños. Mientras, Joseph, Ananie, André y Jean Baptiste trabajaban a crédito en la herrería.

Marie seguía sus estudios pero no pasaba de 6° de Primaria. Estábamos en 2003, y viendo esta situación, yo le propuse venir a la misión a estudiar por las noches cuando yo ya estaba libre de compromisos y ella había terminado de cenar y hacer las tareas caseras. Gracias a Dios dio resultado, y pasó el examen que hacen allí para pasar de Primaria a Secundaria.

Pero llegó el 26 de octubre, yo estaba en Sononzo Carrefour, donde estaba Pauline (que, por cierto, se había unido con un chico y acababa de tener un precioso niño), para visitar a la comunidad y celebrar la eucaristía. Era un domingo. Ya habíamos terminado de comer y estábamos charlando en la casa de Benoît cuando llegó Marcellin en moto desde Dianra. Yo me quedé sorprendido y le pregunté lo que pasaba: "Han encontrado a Joseph muerto en el embalse de Dianra esta mañana".

Me quedé de piedra, justo el día anterior habíamos estado hablando sobre distintas situaciones de la comunidad y sobretodo de la situación de su hija, Madeleine. Como estábamos en guerra, yo había ido a Sononzo en un camión de transporte de algodón, así que Marcellin me llevó en moto (a una velocidad que me parecía imposible que no cayéramos). Sólo nos paramos en otro centro de la parroquia para anunciarles la muerte y que se prepararan para venir por la noche. Cuando llegamos a Dianra tenía los riñones destrozados. Pero antes de nada me fui para casa de Odette.

Allí estaba ella, como aturdida, rodeada de sus hijas y el pequeño Philippe. No estaba llorando. Es una mujer muy fuerte. Me fui a ver a Joseph. No podía creerlo, ahí estaba, como dormido y, sin embargo, ya estaba con el Señor. Algunas personas se acercaron y empezaron a contarme "lo sucedido". Antes de ir a la Celebración de la Palabra, Joseph había ido al embalse que está a unos tres kilómetros de Dianra para pescar. La herrería no le daba para comer y tenía que pescar para que Odette vendiera el pescado en el mercado y pudieran tener algo de dinero líquido. A Joseph le mató el empobrecimiento, le mató la guerra.

Como tardaba, al inicio de la Celebración, Ananie fue a ver qué pasaba. Encontró las ropas de Joseph encima de una piedra y su escopeta al lado cargada. Así que se volvió para avisar que no encontraba a su padre. Algunos responsables de la comunidad salieron para ir a contactar a un grupo de senufós que saben nadar bien para que fueran a buscarlo. Pero antes tocaba ponerse de acuerdo sobre cuánto iban a pagarles y qué se iba a hacer con el cuerpo. Según la tradición, si ellos lo sacaban, el cuerpo les pertenecía y el cuerpo sería enterrado fuera de la ciudad y no tendría derecho a ser velado.

Esto era imposible de admitir porque normalmente, en la tradición senufó, un cuerpo que no es velado, es un cuerpo indigno, es una muerte animal, es un desprecio. Además, si no entra en la ciudad, normalmente, se viene una noche para descuartizarlo y hacer amuletos que ellos llaman "medicamentos" y que luego se venden para que la "fuerza" de la persona se transmita al que lleva el amuleto. Os recuerdo que Joseph pertenecía al grupo de los "dozos" y era herrero, dos condiciones que le configuraban y que le daban mucho "valor".

Los responsables fueron a ver al jefe de la tierra, al jefe del pueblo, al jefe de los "dozos", al jefe del "municipio" tradicional y a varios imames para convencerles de que les dejasen entrar en la ciudad con el difunto y que pudiera tener un funeral cristiano, en coherencia con la fe que él había profesado. Como podéis suponer fueron unas horas de enorme tensión, el cuerpo todavía estaba en el fondo del embalse y, antes había que dejar todo "arreglado". Gracias a Dios, todos aceptaron y comprendieron la situación. Así que, finalmente, lo sacaron y pudieron llevarlo a la casa. Parecía que Joseph no sabía nadar bien y había caído en un "hoyo" y no había sido capaz de salir de allí. Sin embargo, era raro que no tuviera el vientre hinchado por el agua que tendría que haber tragado. En definitiva, cuando yo llegué, el cuerpo ya estaba en su casa y todo el mundo estaba agotado.

Tenía que establecer un programa para que el funeral pudiese llevarse a cabo con dignidad. Así que convenimos en una hora para que todo el mundo se reuniese y aclarar los cuatro momentos que tiene un funeral cristiano según la costumbre senufó: un momento de oración durante el cual se lava el cuerpo del difunto y se envuelve con siete telas (cada una representa a una parte de su familia: familia paterna, familia materna, mujer, hijos, comunidad cristiana, barrio donde habitaba y la suya propia del difunto). Luego, el velatorio, durante el cual se canta y danza alrededor del difunto durante toda la noche y se leen textos de la Biblia que se explican brevemente. Después, se va en procesión desde la casa hasta la iglesia para celebrar la misa de cuerpo presente. Y, finalmente, se va en procesión al "cementerio" (un terreno que está a un kilómetro de la ciudad lleno de árboles y arbustos) donde se procede al entierro. Los jóvenes de la comunidad serían los encargados de cavar la tumba según la costumbre senufó, haciendo en el fondo como una especie de habitación donde se deposita el cuerpo y que luego es cubierta con troncos y hojas "para que la tierra no caiga sobre el cuerpo del difunto".

Ahora había que pensar en los gastos. Había que dar de cenar y desayunar a todos los que vinieran y esto no es un gasto indiferente. Entre la comunidad y nosotros nos hicimos cargo de todos los gastos porque la familia no tenía nada, sólo desolación. Yo me sentía sobrepasado por la situación, recuerdo que le pedí al Señor que me diera fuerzas para poder permanecer toda la noche, estar al lado de Odette y que todo fuera realizado de la mejor manera posible. El funeral es un momento central en la vida del senufó. No podía decepcionarles, más bien no tenía derecho. Joseph había optado por Jesucristo y ahora teníamos que saber acompañarle.

Recuerdo que todo el mundo estaba bastante desolado cuando se empezaron a oír unos cantos que poco a poco se escuchaban más cercanos. Era un camión de transporte lleno de cristianos de las distintas aldeas de la parroquia que venían para velar al difunto. Recuerdo que cuando les vi llegar me emocioné. Me llegó al corazón su presencia, sabía las dificultades que estaban pasando en medio de la guerra, la penuria económica en la que estaban. Sin embargo, habían sido capaces de encontrar dinero para pagar el transporte y estar allí. ¡Gente que venía de 15, 20, 30, 50 y hasta 70 kilómetros de distancia, por pistas de tierra! ¡Muchos tuvieron que caminar para alcanzar la carretera principal! Y todos habían conseguido organizarse en un tiempo récord. ¡Estos son los milagros de África! Sí, me vinieron ganas de llorar, pero llorar de compasión, de fe, de esperanza.

Fue la primera vez que me quedé toda la noche sin dormir durante un funeral desde que había llegado a Dianra. Era conmovedor ver el rostro de Odette que veía con incredulidad la cantidad de personas que habían llegado para sostenerla en el dolor. Sus danzas aplacaban su temor hacia el futuro. Parecía como si el dolor por la muerte de Joseph estuviera "en suspenso". La Iglesia, familia de Dios, estaba ahí. La eclesiología africana mostraba su cara más solidaria y gratuita.

Al día siguiente yo estaba agotado pero todo se llevó a cabo bastante bien. La eucaristía fue multitudinaria. Nunca había visto tanta gente en la iglesia de Dianra. Todo el mundo estaba allí, cristianos de todas las confesiones, musulmanes y seguidores de la religión tradicional. Todos querían dar su último adiós a Joseph. Recuerdo que esta multitud me sorprendió y me ratificó que la vida y las opciones de Joseph habían tenido sentido.

Cuando todo terminó me fui a casa de Odette y me quedé bastante tiempo. Ella quiso hablar conmigo. Todavía yo necesitaba de intérprete, aunque más o menos me enteraba de lo que decía. Ella estaba asustada. Su familia, la familia de Joseph había sido muy desconsiderada con ella. Le echaban en cara que Joseph no tenía nada, que había muerto como un pobre, que su fe no tenía ningún sentido, que eso le pasaba por haber abandonado la tradición... Me habló de muchísimas cosas. Yo estaba atónito. Me parecía imposible que delante de un difunto y ante su viuda se pudiese hablar así. Pero, también es verdad que aquí la muerte hace parte de la vida. No se vive con la radicalidad y consternación que se vive en Occidente.

Yo intenté consolarla y le dije que no estaba sola, que nosotros estábamos ahí y que confiara en Dios como lo había hecho hasta ahora. Dios no podía abandonarla a su suerte. Teníamos que redoblar la fe. Creer en lo que no veíamos, en lo que se nos había escapado, ido. La miré a lo ojos y le dije que siempre estaríamos ahí: la comunidad, los misioneros, la iglesia, yo... El tiempo me mostró que ella creyó en esas palabras y le doy gracias a Dios por ello.

lunes, 18 de febrero de 2008

Historia de Odette y Joseph, los senufó y Dianrá (II)

Hola senderistas, aquí tenéis la segunda entrega de la historia de Odette y Joseph. Espero que la disfrutéis.

A Dianra.

Joseph y Odette tuvieron una hija (la primera de ambos), Marie. Y decidieron venir a instalarse a Dianra dejando su pequeño pueblo. Querían alcanzar un mayor mercado para la herrería de Joseph y además, André y Jean Baptiste comenzaban a crecer y pronto empezarían a trabajar como aprendices de herrero. Entre los Senufós, la tasa de escolarización es muy baja. No tengo datos de nuestra zona, pero calculo que sólo un 15 ó 20% va a la escuela. Sin duda, la tasa de escolarización entre las niñas es bastante más baja.

Poco a poco, empezaron a sobresalir en la comunidad cristiana. Odette componía canciones y, como ya he dicho, cantaba muy bien; y Joseph tenía dotes de liderazgo y era el primer autóctono cristiano de la comunidad. Lo resalto porque los senufós se subdividen en una treintena de subgrupos y Joseph pertenecía al subgrupo "gbattó" que era el propietario de la tierra en Dianra. Esto tiene mucha importancia en este contexto cultural porque el resto de subgrupos senufó es considerado como "extranjero" entre los "gbattó".

Tuvieron tres hijos más: Madeleine, Anne y Philippe. Joseph y Odette estaban contentos. Habían encontrado su lugar en el mundo; tenían una fe que les servía y les proporcionaba una comprensión de lo que sucedía a su alrededor. La herrería marchaba bastante bien y consiguieron comprar el terreno donde estaban viviendo y construir una casa con bloques de cemento y uralita (en vez de adobe y paja). Comenzaban a adquirir una posición social notable y también al interior de la comunidad cristiana.

Además, cambiaron sus hábitos y llevaron a Marie y a Madeleine a la escuela, lo cual era un giro copernicano por estos lares ya que, como os acabo de decir, las mujeres tenían que ir al campo para trabajar y darlas en matrimonio cuando empezaran a tener 14, 15 ó 16 años. En general, los Gbattó no quieren que la mujer pueda ser independiente. Fue en ese tiempo que yo conocí a esta familia. Philippe acababa de nacer y Marie estaba en lo que sería en España quinto de Primaria.

El "affaire" Ananie.

Un poquito antes, el hijo mayor, Ananie, quiso casarse con una chica de la comunidad, Pauline. Ellos querían incluso celebrar el matrimonio civil (algo rarísimo por estas tierras debido a la oposición de la familia del marido, ya que si fallece, la mujer es la que tiene todos los derechos de herencia) y el religioso. En esos momentos, Dianra dependía de una parroquia situada a 110 kilómetros y el párroco no accedió a que hicieran el matrimonio religioso. Prefería que vivieran juntos unos años para ver si iban bien las cosas y también empezaban a tener hijos. Porque por estas tierras, un matrimonio sin hijos es un verdadero problema y, normalmente, es una de las razones por la que el hombre toma otra mujer. También tengo que confesaros que me llama la atención la tasa de esterilidad de las mujeres senufó por esta zona y me pregunto si prácticas culturales como la ablación no tienen una influencia directa en esta situación.

Todo esto supuso un enfrentamiento muy grave y tenso entre Joseph y el párroco, que incluso desaconsejaba el matrimonio civil. Finalmente, Joseph organizó todo para el matrimonio civil de Ananie con Pauline. Fue una fiesta enorme (me contaron porque yo todavía no había llegado a Dianra), toda la ciudad se enteró de este acontecimiento porque se pasearon escoltados por motocicletas por toda la ciudad.

Fue por ese tiempo que Joseph fue elegido presidente de la comunidad cristiana. Por sus dotes de liderazgo, su autoridad sobre los Senufó, por ser autóctono y por vivir en situación regular (un hombre, una mujer). Entonces, fue el momento en l que yo llegué a Dianra y me encontré con un problema que ya había sido anunciado. El matrimonio entre Ananie y Pauline no funcionaba y no tenían hijos. Entonces, la solución de Joseph fue buscar una segunda mujer para su hijo. Todo esto provocó un enfrentamiento muy fuerte entre él y yo (bueno, con los tres misioneros que estábamos en la misión en ese momento). Intentamos disuadirle, que dejara pasar un poco de tiempo, que esperara.

Pero todo fue inútil, cuando nosotros nos enteramos ya todo estaba organizado. Así que le dio una segunda mujer y Pauline no aceptó esa situación y huyó de Dianra a casa de un tío que está a 45 kilómetros de Dianra, a Sononzo Carrefour. En toda esta situación, Odette parecía una espectadora. Nuestro único interlocutor era Joseph y parecía como si su palabra fuera la palabra de los dos. Nunca llegué a saber su opinión en toda esta situación.

En ese momento, la mayor preocupación de Odette era su bebé, Philippe. Él era el único varón de su relación con Joseph y era un niño muy enfermizo con unos ataques que le ponían el cuerpo rígido y que los enfermeros del lugar no sabían si diagnosticar como meningitis o epilepsia. Cada dos por tres el niño estaba enfermo y esto era un continuo sufrimiento para ella.

Finalmente, Rachel, la segunda mujer de Ananie, se quedó embarazada y dio a luz a un niño. Siguiendo la costumbre senufó, pidieron a alguien de la familia que le diera el nombre tradicional, y Joseph le dio el nombre de "Ñehenchó", que quiere decir, "el cielo ha hablado", como corroborando que su decisión de dar a su hijo una segunda mujer había sido la correcta. Este nacimiento colmó de alegría a toda la familia. Fue una auténtica bendición de Dios para ellos.

viernes, 15 de febrero de 2008

Pequeñas historias de Dianra

Bueno, voy a intentar tomar distancia de todo este panorama que sin dejar de ser verdadero, convive con una realidad cotidiana que es mucho más sencilla pero también mucho más utópica y con un dinamismo transformador que me permite creer en el hoy y en el mañana.

El otro día llegué a Marandallah hacia las doce del mediodía, como Willy se quedaba allí, yo tuve que buscar un medio para llegar a Dianra. Estaba a 80 km de Dianra. Estuve esperando un rato y yo veía que no venía ningún camión ni ningún “badjan” que pudiera llevarme a la misión. Así que le pregunté a alguien si había la posibilidad de ir en moto. Dijo que sí y empezó a buscar a alguien a Marandallah que tuviera una moto un poco grande para llevarme. Nada, estuvo casi una hora buscando y no encontró nada, así que la única solución era coger la motocicleta dela misión. Le pedí a Willy un cojín para poder sentarme encima y estarun poco más cómodo. Había muchísima polvareda en el camino pero, bueno,ahí íbamos, despacito y buena letra.

Cuando ya habíamos hecho 35 km, un camión cargado de algodón se acercaba a nosotros por detrás, así que bajé de la moto e hice señales al camión para que parara. Había cuatro personas y un niño en la cabina pero le eché valor y pedí que me cogieran. Nada, ningún problema. Y ahí hicimos como pudimos. El chófer era más mayor que yo y su ayudante era másjoven, los dos me conocían de Dianra y yo sabía que eran musulmanes. No tuvimos problemas durante el trayecto y llegamos a la fábrica de algodón que está a tres kilómetros de Dianra, así que les pregunté cuánto tenía que pagar (lo justo hubiera sido pagar algo más de tres euros). Pero el chófer respondió: “Tú estás siempre con nosotros y entre nosotros tenemos que ayudarnos”. Así que hice el viaje gratis. Les saludé con alguna bendición que me sé en dioula y según la costumbre de por aquí. Ellos me dijeron que esperara en la fábrica, que alguien me llevaría a Dianra. Pero yo cogí mi pequeña mochila y mi macuto con un gran pan que había comprado en Bouaké para llevar a la misión y empecé a andar.

No había dado ni tres pasos que alguien que iba en una moto (de las grandes) me llamó por mi nombre (Koroná) y me dijo si iba a Dianra. Le dije que sí y me dijo que subiera. En ese momento me pareció que el mundo es mucho más bello de lo que puede parecer. Uno parece que siempre encuentre buena gente capaz de echar un cable. Él venía de un pueblo a diez kilómetros de Dianra y me llevó hasta la misión. Allí encontré 23 personas que participaban a una sesión de formación de la Caritas y tres mujeres y una chica joven que estaban haciendo la comida para los que habían venido para la sesión. Yo tenía unas pintas increíbles, estaba completamente sucio, lleno de polvo por todas partes.

Kongnon nos ofreció un vaso de agua fresca cuando llegamos y yo le agradecí a mi “ángel” su disponibilidad y le regalé el pan que había comprado en Bouaké para que se lo diera a su familia. Él se mostró sorprendido pero aceptó el regalo. Es de bien nacidos ser agradecidos. Ah, se me olvidaba el detalle, llegué hacia las seis de la tarde. Y con un dolor de cabeza insoportable, se lo comenté a las mujeres y a Kongnon y me dijeron que era a causa del viento mientras iba en moto. Tenían razón, al día siguiente el dolor de cabeza desapareció.

Hay otra pequeña historia que me contó Rebeca, una mujer que está embarazada y que vive en Dianra Village, a 23 km de la misión. Estuve en esa aldea viernes, sábado y domingo poniendo en práctica la “teología de la esterilla bajo el árbol”. Y allá, ella me contó lo que le pasó el otro día.

Marie, su hija que tendrá unos siete años, llegó a casa diciendo que había perdido sus zapatos. Pero Rebeca no había tenido un buen día y se enfadó mucho y le dijo que iría descalza al cole porque ahora ella no tenía dinero para comprarle zapatos. Al rato, Michel (su hijo de seis años) se acercó a su madre y le dijo que no estaba bien lo que había hecho, que tenía que calmarse y que tenía que comprar los zapatos a su hermana mayor. Rebeca se quedó alucinada con el razonamiento del pequeño y sonrió.

Al día siguiente, Michel se quitó sus zapatos y se los dio a Marie para que pudiera ir al cole calzada. Cuando Rebeca vio eso no le quedó otro remedio que comprar los zapatos. Entonces, Michel buscó por todas partes y por la tarde llegó con los zapatos que Marie había perdido. Todo el mundo estaba alucinado de la forma de actuar y de razonar de Michel y un anciano dijo que los niños que hablan así lo hacen porque al poco de nacer les han untado los labios con miel pura de la zona. Yo no entendí mucho este razonamiento en francés pero en senufó tenía mucho sentido porque para decir que un niño es muy hablador se dice que “su boca es muy dulce”, ¿interesante, no?

Bueno, ya veis que por encima de las nubes sigue habiendo estrellas. Por lo demás, el calor es asfixiante y creo que ya he empezado a perder algún que otro kilo. Pero estoy contento de estar “en mi lugar en el mundo”. Unidos en la mesa de la Palabra, el Diálogo y el Vino.

Hoy ya es domingo y sólo quiero añadir algo más.

El miércoles recibimos la noticia del fallecimiento de Moïse Doñime, un joven que estudiaba 4º de la ESO, hijo de un catequista de la parroquia y al que habíamos ayudado un poco en sus estudios. Cuando yo llegué a Dianra en enero ya lo encontré muy mal. Lo mandamos a Korhogo (a 110 km de aquí), donde le diagnosticaron un cáncer de hígado. Estas últimas semanas estaba sufriendo mucho. Ha sido un duro golpe para todos nosotros y sobre todo para los jóvenes ya que era un chaval muy apreciado por todos. Hemos intentado vivirlo desde la fe. Desde la mañana los jóvenes de la comunidad de Dianra Village (a 23 km de donde vivimos) se fueron al “cementerio” a cavar la fosa. Pietro y yo llegamos a las doce del mediodía, cuando ya habían terminado y Pietro presidió la eucaristía en la que participó mucha gente de la aldea de todas las confesiones y religiones. Hubo varias personas que hablaron comentando algunos hechos y actitudes de Moïse mientras estaba con nosotros.

Después, bajo un sol implacable nos dirigimos a la fosa donde tenía que ser encerrado. Como es costumbre entre los Senufó, hicieron una especie de habitación al fondo de la fosa para que la tierra no caiga sobre el cuerpo del difunto. Pero esta vez incluso habían construido unos ladrillos en adobe y pusieron dos telas que cerraron completamente la “habitación” del difunto. Durante todo el tiempo, la comunidad cantaba cantos para acompañar a la familia: el papá, la mamá y cuatro herman@s más pequeñ@s.


Luego, todo el mundo que acudió se quedó para comer y Pietro y yo hicimos lo mismo. Después, volvimos a Dianra s/p y yo cogí el coche de nuevo con otras cuatro personas para volver a Dianra Village y pasar la noche con la familia y la comunidad. De la comunidad de Dianra s/p vino también un pequeño camión con unas 23 personas. Todos nos juntamos en casa de la familia de Moïse y nos quedamos toda la noche cantando y danzando. Los catequistas leían de vez en cuando textos del Nuevo testamento y explicaban el sentido de la muerte según nuestra fe. Era el momento que aprovechaba todo el mundo para dar alguna cabezada. Y cuando el balafón (especie de xilófono senufó) daba las primeras notas, todos se levantaban y empezaban a danzar. Yo pregunté a unos cuantos sobre el sentido de estas “vigilias” y todos coincidían en decir que había que hacerlas siempre que había un difunto porque eso calmaba a la familia del difunto y así no estaba tan afligida por su pérdida.


Concluimos la “vigilia” con una eucaristía a la seis menos cuarto de la mañana para que después todo el mundo pudiera volver a casa y seguir con sus trabajos. Yo llegué completamente agotado a Dianra s/p hacia las siete de la mañana y me acosté un par de horas para poder hacer algo durante el día.


Ayer, sábado, me tocó irme a Naviguevogó, una aldea a 70 kilómetros de Dianra s/p. Llegué ya de noche pero había gente esperándome a la entrada de la aldea y empezaron a cantar para anunciar a toda la aldea mi llegada. Tras los saludos rituales, me enteré que se iban a pegar también toda la noche bailando. Yo ya estaba cansado de la “vigilia” por Moïse y ahora me esperaba otra. Intenté disculparme y me fui a la cama a la una de la mañana, pero a las seis ya me despertaron para decirme que el cubo con el agua estaba listo para que pudiera ducharme. Así que tampoco es que descansara mucho

Hoy, tras la eucaristía y la comida (seríamos unas treinta personas) cogí de nuevo el coche para volver a Dianra s/p pero me moría de sueño. Así que paré en Dianra Village para acostarme una hora y poder descansar algo. Lo sentí por una mujer que me pidió que la llevara a Dianra s/p, porque tuvo que esperarme a que estuviera en condiciones de conducir. En Dianra s/p me esperaba Pietro con el que compartimos mutuamente cómo habíamos pasado el día


Os comparto tyodo esto para que os podáis ir haciendo una idea de cómo es mi vida por aquí; donde vida y muerte se entremezclan constantemente y donde utopía y realidad van dinamizando nuestros corazones.


Un abrazo a todos. Unidos en la Mesa de la Palabra, el Diálogo y el Vino.


Ah, se me olvidaba, el otro día vino a visitarnos el pastor de la Iglesia Cristiana Asamblea de Dios. Fue un gesto bonito por su parte, yo había ido a su casa hace más o menos un mes y ahora él hacía lo mismo. Pequeños signos de unidad en un país fragmentado.


Hasta la próxima.

lunes, 11 de febrero de 2008

Situación política de Costa de Marfil

Hola senderistas, hoy empezamos la Cuaresma, así que me he autoimpuesto como penitencia explayarme en lo que han sido estos días por estos lares. Pero antes de entrar en materia os resumo la situación que estamos viviendo a nivel político. Todos los datos están sacados de un artículo de François Soudan en Jeune Afrique titulado : Les secrets d’Abidjan. Para los que quieran saber más, lo pueden consultar en el nº 2455, du 27 janvier au 2 février 2008.

Costa de Marfil ha madurado durante la crisis y muchos indicadores están
actualmente en verde:
Los periódicos que alentaban el odio se han calmado.
La “zona de confianza” entre el norte y el sur se ha desmantelado.
Alassane Ouattara y todos los líderes de envergadura son elegibles.
Los países vecinos juegan un rol positivo.
París se ha curado de su “Gbagbofobia” y ha superado la “personalización” del conflicto.
El diálogo directo entre los protagonistas ha reemplazado los “edictos” de la ONU.
El Banco Mundial ha reanudado la relación con el país.
Chinos, indios, israelíes, estadounidenses y franceses luchan por entrar en los negocios marfileños.

Pero cinco años de “guerra civil larvada” han dejado su pista en:
Los comportamientos, la moralidad y el civismo de los jefes (pequeños o grandes), sea del lado gubernamental como del lado de la rebelión.
Corrupción e impunidad.
Contrabando.
Pérdida de referencias.
Tribalismo galopante.
Cofres ocultos llenos:
En el sur, del dinero del cacao, del café, del puerto y del petróleo.
En el norte, del dinero de la madera, de la madera, del diamante, del oro y del algodón.

Los tres principales protagonistas del juego electoral son: Gbagbo, Bedié y Ouattara. los tres están convencidos que cualquier resultado negativo para sus aspiraciones es el producto de los fraudes del adversario. Pero un hombre aparece como netamente superior a sus concurrentes: Laurent Gbagbo.

Para cuándo las elecciones?

Cada vez parece más improbable que las elecciones puedan realizarse
antes de fin de año.

Oficialmente, Laurent Gbagbo y su Primer Ministro, Guillaume Soro (el jefe de la rebelión), han fijado como primera fecha el 30 de junio de 2008.

Sin embargo, las “audiencias foráneas” (la concesión de partidas de nacimiento adicionales para la obtención ulterior de documentos de identidad y de la carta electoral) no terminarán hasta el próximo mes de marzo (en Dianra, ni tan siquiera han comenzado).

A partir del término de esa operación, la Comisión Electoral Independiente (CEI, donde el partido de Gbagbo es minoritario) dará un cierto margen de tiempo antes de dar la fecha de las elecciones. El mismo presidente de la CEI ha indicado que las mismas no podrán desarrollarse antes del mes de octubre (si no hay atrasos).

Ese periodo tiene que consagrarse a las operaciones de identificación y elaboración de las listas electorales y a la organización material del escrutinio: censo de candidatos, organización de la campaña, impresión de los votos, establecimiento de las urnas, seguridad del proceso…

El Instituto Nacional de Estadística (INS, bajo el control del partido del presidente Gbagbo) es el encargado de dar a la CEI las listas electorales de 2000.

No hay que olvidar que según esas listas el partido de Bedié ganó las elecciones legislativas (2001) y el partido de Ouattara ganó las municipales (2002). Así que, para ellos, no se puede tolerar ningún error y no se debe dejar a los oponentes que se aprovechen de la renovación que se tiene que llevar a cabo.

El 13 de enero, Gbagbo ha firmado con la sociedad francesa Sagem el contrato para que ella sea el operador técnico de las elecciones.

Falta que Gbagbo se ponga de acuerdo con su primer ministro para ver el papel de supervisor del proceso que tendrá la ONU porque su alto representante para las elecciones se fue en junio de 2007 y ningún otro ha sido nombrado de nuevo.

¿Cuáles son las fuerzas políticas?

Actualmente, el país cuenta con 130 formaciones políticas, de las cuales once han nacido hace sólo dos años porque han sido escisiones de los grandes partidos.

Las tres fuerzas principales del país son:

El Frente Popular Marfileño (FPI) del actual presidente Laurent Gbagbo.
El Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI) de Bedié (presidente de Costa de Marfil entre 1993 y 1999 y partido que gobernó el país desde su independencia en 1960).

La Asamblea de Republicanos (RDR) de Alassane Ouattara (primer ministro del país en 1992 bajo el gobierno de Félix Houphouët-Boigny).

Pero en estos tres partidos tradicionales del país ha habido varias escisiones en estos últimos años, son las brechas que Gbagbo ha creado en sus contrincantes políticos.

La sombra de IB

Ibrahim Coulibaly (IB) es un sargento jefe que tiene el siguiente historial:

El golpe de diciembre de 1999 que ha hecho que Bedié salga del país y
deje la jefatura.
Dos intentos de golpe contra Laurent Gbagbo en 2001 y 2002.
Un intento de golpe contra Guillaume Soro en 2004.
Un intento de golpe contra Guillaume Soro en la navidad de 2007.
Los rebeldes han matado la noche del 27 al 28 de diciembre en Bouaké a alrededor cuarenta rebeldes próximos a IB.
Mientras la ONU denuncia “Las violencias contra los derechos del hombre” que se han producido en Bouaké y está inquieta “por los enfrentamientos de carácter militar… los arrestos abusivos e ilegales, así como las ejecuciones sumarias”.

¿Quién está contra Guillaume Soro (jefe de la rebelión y primer ministro del país)?

En primer lugar, IB porque considera que Soro es un traidor que le ha dado la espalda desde el inicio del golpe en septiembre de 2002.

En junio de 2004, IB fomenta un motín en el seno de las Fuerzas Nuevas (FN, nombre dado a la rebelión). En Korhogo, se hacen con el polvorín pero el ejército burkinés se alía con Soro. Setenta militares próximos a IB son encerrados en un contenedor en el que morirán asfixiados.

El 29 de junio de 2007, Guillaume Soro sufrió un atentado pero, ¿quién lo mandó llevar a cabo? Siete meses después, la ONU no ha llevado a cabo una investigación pero todo parece apuntar a una división en el seno de las Fuerzas Nuevas con el apoyo logístico de los elementos más radicales de Laurent Gbagbo.

Al menos, una vez IB ha recibido un sobre con 100 millones de francos CFA de parte de la presidencia marfileña (?).

¿Dónde se va el dinero?

El presupuesto del estado es de unos 3 millardos de euros que le permite pagar a sus funcionarios, cubrir los gastos ordinarios y llevar a cabo las actividades para la unificación.

En los momentos más duros de la crisis, fondos secretos han servido para financiar la compra de armas, la remuneración de los mercenarios y el movimiento de Jóvenes Patriotas (jóvenes del sur próximos a Gbagbo organizados en milicias).

El dinero se saca del comercio del café y el cacao, los impuestos de importación en el puerto de Abidjan y el petróleo.

Se estima que 927 millones de euros han desaparecido en los meandros del comercio del café y el cacao.

Asimismo, las autoridades han minimizado la producción de petróleo estimándola en 50 000 barriles al día, mientras que según los servicios secretos del departamento americano de la Energía, ella se situaría entre los 90 000 y los 110 000 barriles al día.

En el norte, las FN han creado desde noviembre de 2003, la Central, una estructura para la recogida de impuestos que permite alimentar, hospedar y curar a sus soldados.

Asimismo, ellos controlan el mercado del diamante de Séguéla, Diarabala y Bobi, así como el comercio del oro de Tortiya. Y están implicados en el comercio de la madera de teca, del café, del cacao y del algodón.

¿Qué quiere Francia?

Nicolas Sarkozy no quiere venir a Abidjan antes de que se desarrollen las elecciones pero ha tenido ya dos encuentros con Laurent Gbagbo: uno, muy breve, en Nueva York y otro más largo en Lisboa el 8 de diciembre de 2007.

Es decir, hoy en día, una reelección de Gbagbo no sería ya insoportable para Francia después de que Chirac ha abandonado la presidencia y el conflicto se ha “despersonalizado”.

Pero también Alassane Ouattara es una baza no desdeñable para Francia.

La presencia de los efectivos de la “operación Licornio” ha disminuido de 2 400 a 1 800 hombres a finales del próximo mes de marzo.

Así que esta ambigüedad francesa no deja de ser un pequeño progreso a los ojos de Gbagbo que había sido completamente vilipendiado a partir del bombardeo de noviembre de 2004 (nueve soldados franceses murieron en Bouaké en un bombardeo organizado por Gbagbo y al día siguiente, Chirac destruyó toda la flota aérea marfileña).

¿A qué juegan los países vecinos?

Antes de 2007, Senegal y Burkina no tenían buenas relaciones con Gbagbo y sus únicos amigos en la subregión eran Guinea Bissau y Guinea Conakry.

El Mali pretendía mantener buenas relaciones tanto con Gbagbo como con las Fuerzas Nuevas.

Pero a partir del Acuerdo de Ouaga en marzo de 2007, todo ha cambiado y todos siguen el ejemplo de Burkina Faso. De hecho, Blaise Campaoré ha reemplazado Thabo Mbeki en el rol de mediador porque el sudafricano había conducido la mediación como un asunto de negocios.

Aunque el papel de Ghana no está muy claro en la crisis, lo cierto es que John Kufuor y Laurent Gbagbo se entienden bien.

Hasta aquí el artículo, para la gente, los precios de la cesta de la compra han subido (puede que tanto como en España) y el precio del algodón ha disminuido en un 25% desde el inicio de la crisis. Así, que la gente va mal, tan sólo sobrevive. Actualmente, en Dianra, en el Instituto de Secundaria sólo hay dos profesores con título que dan clase, el resto son todos “colaboradores” que han hecho la selectividad pero que no tienen un título universitario.

domingo, 3 de febrero de 2008

Historia de Odette y Joseph, los senufó y Dianrá

Hola senderistas

Aprovechando un poco de tiempo que tuve en Brasil, escribí esta historia de una de las familias de acá, que puede reflejar muy bien algo de esta realidad. Como es un poco larga, y para no espantar a los navegantes, os la ire colgando por entregas. Espero que la sigáis con interés y cariño.

Se llama Odette. Es una mujer de mediana edad que tiene una risa contagiosa y que anima a todo el que está alrededor suyo. Me quedé con su cara desde el primer día que llegué a Dianra, allá por febrero de 2001 porque había muy poquitas personas en misa y ella era la que entonaba los cantos en senufó con una voz bastante potente. Quería resultar agradable pero la comunicación era difícil porque yo todavía no sabía hablar su lengua. De todas formas, me la presentaron como "Odette, la mujer del presidente: Joseph Kolo".

Odette y Joseph vivían a unos seis kilómetros de Dianra en los años 80. Odette se había casado con el hermano mayor de Joseph que había fallecido dejándola con un niño, Ananie. Entonces, siguiendo la costumbre senufó, Odette pasó a ser la mujer del hermano pequeño de su marido que todavía no tenía mujer. Poco después, Joseph y Odette "recibieron" dos niños de la familia de Joseph, andré y Jean Baptiste. Esta es una costumbre bastante extendida entre ellos: se dan los niños a alguien de la familia que, en teoría, goza de una mejor posición económica y que también necesita de "brazos" para poder ayudar en casa.

Joseph era herrero y fabricaba los útiles para el trabajo en el campo: azadas, azadones, hachas, cuchillos... Como las culturas senufós son eminentemente agrícolas nunca le faltaba trabajo y, además, este tipo de oficio está rodeado de un halo de misterio al trabajar con el fuego y ser capaz de moldear algo tan duro como el hierro a golpe de martillo. Por ello, en las culturas senufó, el herrero es una persona que posee ciertos poderes sobre las fuerzas de la naturaleza.

A la Iglesia.

A mediados de los 80, Odette y Joseph comenzaron a venir a la iglesia. Odette pertenecía a una asociación tradicional compuesta en su mayor parte por mujeres y que se llama "sandogo". Estas mujeres tienen un status especial en la comunidad senufó. Tienen los poderes para orientar a las personas en su vida y ayudarles a encontrar dinero, mujeres, hombres, fama y éxito. Pero Odette no había elegido libremente pertenecer a esta sociedad sino que había sido algo impuesto por su familia. La habían designado para ese rol pero ella no se veía ahí dentro. Mas como uno no puede dejar una cosmovisión y quedarse en vilo, decidió "probar" en la iglesia para ver si se encontraba más con ella misma.

Joseph, su marido, también estaba cansado de la cosmovisión tradicional aunque él pertenecía a una sociedad muy bien considerada en las sociedades senufó. Él era un "dozo", es decir, él pertenecía a la asociación de cazadores que se encargaba de velar por la seguridad del poblado y que poseían poderes extraordinarios de curación y protección (lo cual se añadía a su condición de herrero). Sin embargo, Joseph también estaba cansado de esta cosmovisión ya que veía que trabajaba mucho y que nunca llegaba a disfrutar de la vida y también decidió "probar" en la iglesia para ver si cambiaba su vida.

Cada domingo hacían a pie los seis kilómetros para poder participar de la Celebración de la Palabra que dirigía un laico. Una o dos veces al año veían al cura que habitaba a más de 110 kilómetros. Durante tres años estuvieron siguiendo la catequesis. Fueron años duros porque no entendían casi nada de lo que se hacía en las celebraciones porque todo era en francés menos la explicación de la Palabra de Dios.

Durante el tercer año de catequesis siguieron la sesión "Jesús nos libera" que es una semana entera en la que la persona se reconoce como imagen de Dios y creada para el amor. La persona comparte todos los sufrimientos que le han marcado en la vida; y redescubre el plan de Dios liberador para la humanidad. A continuación, se dan tres criterios para discernir la voluntad de Dios; y, finalmente, la persona abraza una nueva cosmovisión que unifica tradición y fe cristiana llegando a reconocerse nueva creación. Este último paso se hace poniéndose en círculo y en medio un taburete con una gran palangana de agua bendita al lado. Entonces, las personas se van sentando en medio y, el resto danza y canta en círculo y por turno va cogiendo agua bendita y la versa sobre el hombre del que está en medio. Normalmente, este momento termina con una gran sensación de alegría y libertad. Es un momento muy significativo para todos ellos.

Fue en 1989 cuando con otros cristianos senufó de la comunidad se pusieron de acuerdo para mandar a alguien de la comunidad para hablar con un cura de una parroquia vecina (a unos 40 kilómetros) para que viniera a Dianra y les enseñara a "rezar en senufó". La persona elegida fue Samuel que tuvo que vencer en un primer momento la resistencia del cura "porque no era su parroquia". Pero ante su insistencia accedió a venir un domingo con tres o cuatro cristianos de su comunidad.

Ese día fue un "kairós" maravilloso en Dianra: los Senufó podían alabar y rezar al Señor en sus lenguas y en plena libertad, convencidos de que sus oraciones eran escuchadas por el Señor. Fue una lástima que los periódicos y agencias de noticias del momento no se hicieran eco de lo que estaba sucediendo en esta pequeño rincón de nuestro planeta: un grupo de personas comenzaba a re-apropiarse de su fe y... simplemente, estaban contentos y llenos de esperanza.